Un año más se celebran en nuestro pueblo los tradicionales Castillos en honor de la patrona La Inmaculada Concepción.
En la noche del día de la Purísima y también, cada vez más, el día de la víspera, se reúnen los vecinos en torno a las luminarias para compartir una trasnochá de vino, crillas asás y matanza. Cada cual aporta lo que buenamente puede, un brazao de leña, unas támaras, patatas.... así se combate el frío de la noche serrana.
El espíritu de los Castillos está magistralmente reflejado en este hermoso poema de nuestro paisano el Padre Ángel:
CASTILLLO DE LA PURÍSIMA
El Castillo es la lumbre
Que el hombre de la Sierra
A sus santos dedica
cual fruto de la tierra.
El Castillo es la luz,
Que brilla en la tiniebla
De los hombres sencillos
que otros mundos esperan.
Hoy dicen en la noche
su tierna devoción,
con lenguaje de llamas,
a la Madre de Dios.
Y aporta cada uno
Sus támaras al fuego,
sus crillas para asar,
y el porrón para el riego.
Como enjambre de hermanos,
de la fogata en torno,
beben, danzan y ríen
en caluroso corro.
Corro que es amistad
por el fuego fundida.
Y en él transfigurada
en lazos de hermandad.
Alicante, 23-IX-81
Padre Ángel Fernández Alguacil.
De su libro El Arco y sus flechas. Naturaleza cordial. Murcia, 2000
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